La herencia de la desgraciada - parte 8


Drew sale de su habitación y ve en la pared retratos familiares. En uno de ellos sale su primera condecoración como estrella de farándula y en la foto tiene un solo anillo. Luego observa su mano, ahora con varios anillos y se quita el anillo que sale en la foto. "Recuerdo de R" dice adentro y de pronto se cae al suelo. 

Al buscarlo se acerca sin querer a la puerta de la habitación de Jijo y escucha que adentro está conversando con Samanta. Él le pide que le aconseje sobre su idea de decirle al abogado que no es virgen para volver a la primera herencia. Luego, Drew siente que hay alguien detrás de él y se levanta furtivamente. Es David, quien le pregunta si ha visto a Ryan, pues quiere seguir conversando. Drew se ha enterado que él es el novio de Jijo y sonríe maliciosamente.
-     ¿Quieres ganar mucho dinero?
-     Claro que sí.

El almuerzo transcurre de manera extraña. Primero se sienta Drew, y a su lado se sienta David y al otro Paula. Luego va llegando el resto. Jijo se sienta junto a David y ambos sonríen; Samanta se sienta junto a Paula, quien se sonroja. Ryan se sienta al lado de Jijo y es evidente cuando David se emociona de verlo, lo cual hace sentir mal a Jijo, pero Ryan lo ignora por completo. Adriana se sienta junto a Samanta y le ofrece un poco de mandarina, y ambas ríen, lo cual hace sentir celosa a Paula. Luego Hedrit se sienta junto a su hermana y se siente feliz por Jijo, quien lo tiene de frente, y Jijo vuelve a sonreír. Después se sienta el abogado al lado de Ryan, y en la cabecera se sienta Esteban y entre él y Hedrit se sienta Mao.

Después del almuerzo, le cantan el cumpleaños a Jijo, excepto Esteban que se retira. Luego Hedrit trata de acercarse de Jijo, y él decide esperarlo, pero Drew lo interrumpe, lo toma de la mano y se lo lleva a una pequeña habitación, cuya entrada cierra con cortinas.

-     No me vaya a golpear – dijo Jijo seriamente.
-     Jajaja mi amor, vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano, hermanito de sangre, no te preocupes, nada te va a pasar. Yo simple y llanamente quiero disculparme, quiero ser tu amigo comprensivo, me disculpo por todo lo que te haya hecho.
-     Supongo que no hay ningún problema…
-   ¡Por supuesto que no! Ahora hablemos de la herencia. Eres un ser sencillo, menudito, tienes una vida por delante, ¿para qué necesitas el dinero? Para nada. Si te quedas con la herencia te vas a ganar muchos enemigos, peores que la abuela.
-     Yo, yo pensaba que…
-     ¡No pienses! Tú amigo vino aquí guiado por el destino, la luna, las estrellas. Él te ama, vivirán juntos, quiere casarse contigo.
-     ¿Él dijo eso?
-     Lo dijo, lo cantó, hizo una rima. Ahora no tienes de qué preocuparte. Dile al abogado que no eres casto. David te apoyará, después de todo, su momento mágico y especial debe pasar en algún momento. Primero lo haces, luego te casas, el orden no importa. Ahora, ven conmigo.

Jijo estaba muy confundido, pero siguió a Drew hasta la sala, donde estaba el abogado con su maletín y en frente de él estaba David.
-     Jijo, siéntate, por favor – dijo Nelito – El joven David me ha contado una tierna historia. Ya sabes lo que pasará si es verdad. Ahora dime, lo que me contó tu novio, ¿fue cierto o no?

Todos miraron a Jijo, y él no sabía qué decir. Luego pidió a Drew y a David que salieran de allí, pues quería hablar a solas con el abogado. David salió de allí y vio a Hedrit. Él le preguntó si Jijo estaba bien, y David le contestó que eso no era de su incumbencia, pero que sí, él estaba perfectamente. Luego vio a Ryan a lo lejos arreglando un reloj y lo saludó.

-     Disculpa, ¿qué harás cuando salgas de aquí?
-     Me iré a mi apartamento y luego a la oficina.
-     Te acompañaré, a todas partes, a donde vayas.
-     ¿No tienes nada mejor que hacer? Ve a jugar al arenero. Aquí sobras.
-     Me encanta su sentido del humor.

Ryan dejó por un momento su trabajo casero y lo tomó del hombro.
-     Mejores hombres han tratado. Tú no te comparas con ninguno.
-     Seré mejor que todos. Pronto tendré mucho dinero.
-     ¿Qué demonios hiciste? ¿Dónde está Jijo?

David se asustó y no dijo nada. Ryan lo empujó y fue a buscarlo por todas las habitaciones. Hedrit lo vio y le dijo dónde estaba. Ryan abrió fuertemente, asustando al abogado y a Jijo, quien estaba firmando.

-     ¿Qué hiciste Jijo?

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