Personajes de La Casa de más de Cuatro Pisos XIV
ERICOKA, ESPINOSA, LA ESPINA AFILADA, O LA ESPINA SANGRANTE
- Si salimos vivos, ¡recuérdame matarte! – dice el capitán.
- Que gran sentido del humor tienes, Brus – dice Ericoka.
Ericoka, cuyo nombre real es desconocido, es una ex agente de la CASIN, quien también se dedicó al crimen profesional y el mercenarismo, conocida en el bajo mundo con los alias de Espinosa, la Espina Afilada o Espina Sangrante, debido a que siempre deja una rosa sin pétalos sobre sus víctimas. Finalmente llega a ser una desconocida.
Ericoka nació el 4 de abril en Ciudad de Tívecre. Su padre, un militar viudo de alto rango, la introdujo al mundo de la infantería desde que ella dio leves muestras de rebeldía, como andar con un zapato desamarrado cuando tenía cuatro años. Ericoka entonces creció rodeada de marines, soldados y armas, hasta que su padre murió en servicio.
Bastante destacada en este campo, ingresó poco después a la Casa de Seguridad e Inteligencia Nacional (CASIN), división del Ministerio de Justicia, atrapando a los villanos más sobresalientes que se dedicaban al robo de bancos, la extorsión, el chantaje y los secuestros. Por su seguridad le dieron el nombre clave de Ericoka y ella continuó usandolo hasta que olvidó su verdadero nombre. Se enteró que sus superiores tenían relaciones con organizaciones clandestinas y antes que lograra demostrarlo, ella fue arrestada y condenada a pena de muerte para evitar que dijera algo.
Ella logró escapar, pero ahora enterada del corrupto sistema judicial, decidió trabajar por su propia cuenta casi siempre como francotiradora. No se sabe el momento exacto en el que ella empezó a vincularse con organismos ilegales, pero llegó a ser bastante conocida y la contrataban para todo tipo de trabajos ilegales y de contrainteligencia, actuando fuera del sistema. Tuvo la idea de dejar rosas sin cabeza cuando descubrio que la policia le daba el credito de su trabajo a un hombre. Pensó que una rosa sería bastante femenino, pero la falta de cabeza la haria ver fuerte.
Huyendo permanentemente, tiene la orden nacional de arrestarla, llevarla a la capital y ejecutarla en forma pública de inmediato. Fue arrestada más de veinte veces y se hace conocida y respetada dentro de la cárcel de máxima seguridad, aunque también se lleva bien con las internas, los guardias y los empleados, por lo que siempre tiene una celda especial y bien cuidada en la penitenciaria. Como ella siempre hace lo mismo, dice lo mismo y escapa de la misma manera justo antes de la ejecución, los asistentes ya se saben el proceso y por aburrimiento dejan de asistir.
En una de sus misiones es herida gravemente y se esconde en el bosque, pero sobrevive gracias a los cuidados de Natalisa, una estudiante de enfermería que la encontró abandonada cuando iba de picnic. Gracias a que le salva la vida, se vuelven amigas.
Natalisa le pide ayuda un día que Brus (descendiente del capitán Toribio) y Leed (descendiente de Stuart) están en la búsqueda de los tesoros de Stuart, ocultos en alguna parte del país. Con los conocimientos de Ericoka, van por Waterloo, el buscador de tesoros que enloqueció tras jugar naipes nueve días seguidos. El capitán Toribio, quien había viajado por el tiempo desde el pasado y se hacía pasar por Brus, se encontraba realmente en la persecución de unos delincuentes y al atraparlos está listo para regresar con ellos a su tiempo. Luego se despide de Ericoka y Natalisa, y les agradece por su valiosa ayuda.
Ericoka recuerda los buenos tiempos y decide orientarse de nuevo por el buen camino. Se establece en Verón con documentos falsos, haciéndose llamar Astrid y se emplea como cocinera en un establecimiento de comidas rápidas. Allí conoce a un hombre con el que meses después se casa y tiene una hija. Durante el resto de su vida pocas veces la reconocen o la buscan, pero ella logra deshacerse de ellos sin que nadie se dé cuenta.
- Si salimos vivos, ¡recuérdame matarte! – dice el capitán.
- Que gran sentido del humor tienes, Brus – dice Ericoka.
Ericoka, cuyo nombre real es desconocido, es una ex agente de la CASIN, quien también se dedicó al crimen profesional y el mercenarismo, conocida en el bajo mundo con los alias de Espinosa, la Espina Afilada o Espina Sangrante, debido a que siempre deja una rosa sin pétalos sobre sus víctimas. Finalmente llega a ser una desconocida.
Ericoka nació el 4 de abril en Ciudad de Tívecre. Su padre, un militar viudo de alto rango, la introdujo al mundo de la infantería desde que ella dio leves muestras de rebeldía, como andar con un zapato desamarrado cuando tenía cuatro años. Ericoka entonces creció rodeada de marines, soldados y armas, hasta que su padre murió en servicio.
Bastante destacada en este campo, ingresó poco después a la Casa de Seguridad e Inteligencia Nacional (CASIN), división del Ministerio de Justicia, atrapando a los villanos más sobresalientes que se dedicaban al robo de bancos, la extorsión, el chantaje y los secuestros. Por su seguridad le dieron el nombre clave de Ericoka y ella continuó usandolo hasta que olvidó su verdadero nombre. Se enteró que sus superiores tenían relaciones con organizaciones clandestinas y antes que lograra demostrarlo, ella fue arrestada y condenada a pena de muerte para evitar que dijera algo.
Ella logró escapar, pero ahora enterada del corrupto sistema judicial, decidió trabajar por su propia cuenta casi siempre como francotiradora. No se sabe el momento exacto en el que ella empezó a vincularse con organismos ilegales, pero llegó a ser bastante conocida y la contrataban para todo tipo de trabajos ilegales y de contrainteligencia, actuando fuera del sistema. Tuvo la idea de dejar rosas sin cabeza cuando descubrio que la policia le daba el credito de su trabajo a un hombre. Pensó que una rosa sería bastante femenino, pero la falta de cabeza la haria ver fuerte.
Huyendo permanentemente, tiene la orden nacional de arrestarla, llevarla a la capital y ejecutarla en forma pública de inmediato. Fue arrestada más de veinte veces y se hace conocida y respetada dentro de la cárcel de máxima seguridad, aunque también se lleva bien con las internas, los guardias y los empleados, por lo que siempre tiene una celda especial y bien cuidada en la penitenciaria. Como ella siempre hace lo mismo, dice lo mismo y escapa de la misma manera justo antes de la ejecución, los asistentes ya se saben el proceso y por aburrimiento dejan de asistir.
En una de sus misiones es herida gravemente y se esconde en el bosque, pero sobrevive gracias a los cuidados de Natalisa, una estudiante de enfermería que la encontró abandonada cuando iba de picnic. Gracias a que le salva la vida, se vuelven amigas.
Natalisa le pide ayuda un día que Brus (descendiente del capitán Toribio) y Leed (descendiente de Stuart) están en la búsqueda de los tesoros de Stuart, ocultos en alguna parte del país. Con los conocimientos de Ericoka, van por Waterloo, el buscador de tesoros que enloqueció tras jugar naipes nueve días seguidos. El capitán Toribio, quien había viajado por el tiempo desde el pasado y se hacía pasar por Brus, se encontraba realmente en la persecución de unos delincuentes y al atraparlos está listo para regresar con ellos a su tiempo. Luego se despide de Ericoka y Natalisa, y les agradece por su valiosa ayuda.
Ericoka recuerda los buenos tiempos y decide orientarse de nuevo por el buen camino. Se establece en Verón con documentos falsos, haciéndose llamar Astrid y se emplea como cocinera en un establecimiento de comidas rápidas. Allí conoce a un hombre con el que meses después se casa y tiene una hija. Durante el resto de su vida pocas veces la reconocen o la buscan, pero ella logra deshacerse de ellos sin que nadie se dé cuenta.
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