La Casa de más de Cuatro Pisos - Parte 36

El capitán Toribio sale al otro lado del remolino, pero después de hacer una vista general dice:
- ¡Qué rayos! Esto no es Marte.
- Hola, hola, señor. Mi nombre es Daniel, vendedor de salas y comedores y le ofrezco una habitación para usted y un espacio para su extraño automóvil.
- ¡No es un automóvil! Y no quiero ninguna habitación de hotelucho. Para eso soy policía y por eso existen los cuarteles. Y si no se quita de mi camino, lo atropellaré con mi…“extraño automóvil”.
- Sí, señor, como usted diga – dice Daniel, un poco asustado, cuando se aleja habla para sí – Me puede decir Valdo.

Eliana se encuentra con Marisa en el hotel Le Fesa. Al rato están charlando como las mejores amigas, mientras Marisa empaca las maletas.
- Al menos tú tienes a alguien que te quiere – dice Marisa.
- ¿De qué hablas? El estúpido de Milwer me dejo con esa niña… lo siento.
- Está bien, lo sé. Pero no me refiero a ese tipo. Tú ya sabes de quien hablo. Estuvo muy pendiente de ti en las cuevas y no dejaba de verte. Además era a ti la única que trataba bien. Y tú no te quedas atrás, ¿no?, he visto que le coqueteaste un par de veces. ¿Crees que no me di cuenta?
- ¿Quién? ¿El capitán Toribio?
- ¡Bingo!
- Ay, no. Pues él síes muy simpático, pero, ¿tú crees que él sienta lo mismo por mí?
 - Picarona, ya lo sabía. Claro que él esta enamoradísimo de ti. Así pasó con tu hermana y tú eres igualita a ella. Eres como la reencarnación de ella.
- Bien. Entonces está decidido. Apenas lo vea hablaré con él. Y tú, ¿Qué harás?
- Dejaré todo. Me iré con mis tíos y cuidaré a mi prima Anacleta, quien está un poco maniática por un trauma de su juventud. Haré una nueva vida. Mi hija no me respeta. Que se quede con el inútil de mi ex esposo.

En ese momento, más abajo, Paolina ya había resucitado a todos y había curado a los heridos. La Reina dice que ahora que Diana vive de nuevo, los conductos espacio-temporales ya están alineados nuevamente. Ellas convencen a Diana de hacer el bien. Les cuesta trabajo y tiempo, pero lo logran. Ella dice que traerá a los demás a Marte pero nadie sabe en qué año están.
- Déjalo abierto para que puedan volver solos de donde estén.

El resto del grupo se encuentra años antes con un problema ínter dimensional. Miguelángel Cuervo ayuda al Dr. S a arreglar el tren para manejarlo con el control remoto, cuando llega David Palermo con una visita inesperada. Antes de que entren, David le dice a Leini que le diga a Miguelángel que su hermano viene a visitarlo. Él inmediatamente se quita su joya para rejuvenecerse.
- Allí está tu hermano – dice David Palermo.

Inmediatamente todos lo observan con asombro y él les dice en voz baja «Lo siento, estaba obligado»
- ¡Hermano! ¡Qué alegría verte! – dice Miguelángel del pasado – ¿Qué hacen? ¿Van a robar un banco? ¡Qué bien!
- ¡Por la nariz de la esfinge! – grita el Dr. S – La maquina ya casi esta lista. Parece que no soportara sino un rayo más y luego será irreparable. Si se destruye temo que nos quedaremos aquí para siempre. ¡Qué lástima! quería quedarme un poco más, pero será un viaje colectivo. Como sea, este tren ya está listo. Solo debemos impactarlo con el primer tren que se cruce.
- Eso es imposible – dice Miguelángel del pasado – las vías fueron purgadas de aquí a Priana y a Tívecre. El próximo que pase será el tren de los cien vagones.
- No hay más remedio. He estudiado estas joyas, parecen que pierden su poder. Lo peor es que según mis estudios, si nos quedamos en un tiempo o un espacio no correspondido seremos destruidos por la misma naturaleza.
- Bueno, hermano – dice Miguelángel del pasado – me debo ir. Cuando entraba vi un transporte muy extraño que va al cuartel de policía. Parece que es de origen extraterrestre. Bueno, nos vemos.
- ¿No es peligroso que se vaya sabiendo todo esto? – dice Iván ‘Morcilla’
- Pero, ¿Quién le creerá? – dice Stuart.

Leini se pone a pensar. Relaciona el extraño transporte con el cuartel de policía, piensa que también ha regresado en el tiempo y quien venía en esa nave debe ser Milwer. Leini sale con Tatiana y Jennifer, y van al cuartel de policía. Allí entre la multitud de curiosos ven la Gibelina.
- ¿Crees que volvieron en el tiempo y fueron arrestados aquí? – pregunta Jennifer
- ¿Qué pudo haber pasado con el capitán Toribio?

Entraron a la comisaría y como la policía controlaba a la gente, siguieron hasta el cuartel. Allí se encontraron con el capitán Toribio un poco confundido y le comentan la forma de volver a Marte. Mientras regresan al patio del hotel donde se está realizando la maniobra, ellos le adelantan todo. En el hotel sucede algo similar. Algunos se acuestan a dormir, otros llevan la locomotora para acomodarla en los rieles y el capitán manda a traer la Gibelina y a los presos al hotel.

A la mañana siguiente, la estación del tren se encuentra decorada y pronto empieza a llegar una cantidad inmensa de gente. «El tren sale por la plataforma norte-sur a la una en punto – dice el Dr. S – A diez kilómetros se encuentra nuestra locomotora que será activada a las doce y cincuenta y cinco. Según mis cálculos, en este punto será el colapso. La energía será transmitida por estos artefactos hacia la “máquina del tiempo”, la cual se encenderá y más o menos a la una y dos minutos estará abierta la puerta. Tiempo suficiente para que todos entremos»
- ¿Qué sucederá si vamos para otro tiempo o dimensión? – dice Germanio
- Anoche estuve investigando y parece que la curvatura se ha alineado, por así decirlo. Lo que quiero decir, es que es muy poco probable que vayamos a parar a otra dimensión.
- ¿Poco probable? – dice Stuart.

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