La Casa de más de Cuatro Pisos - Parte 34

Mientras caminan al hotel se hacen más jóvenes y al Dr. S le aumentaban los dolores. Tatiana recuerda lo que dice la Reina Negra acerca de la variación de la edad según el tiempo a donde viajaran. Al llegar al hotel, Valdo les asigna las habitaciones 16 C, 17 C y 18 C. Primero encuentran a Miguelángel Cuervo a quien le piden algunas de sus joyas después de explicar lo sucedido.

Allí esta Jennifer quien no está muy segura de que sean los verdaderos, pero Leini se lo demuestra devolviéndole su arete. Cuando el Dr. S se coloca el aro en la nariz se le quitan los dolores. Se presentan todos y Tatiana presenta al Dr. S. Él es quien explica lo sucedido sobre las puertas espacio-temporales y la posible forma de volver a Marte, o al menos al futuro.

Por orden del Dr. S llevan la maquina al sitio donde se encontraba el marco de madera, donde sólo quedan algunos escombros. Cuando están listos sucede algo inesperado: la maquina ha quedado sin energía con el anterior disparo y en esa fecha no han desarrollado la batería necesaria para reactivarla.
- Es precisa una energía de millones de voltios, pero ¿Qué nos puede servir? – dice el Dr. S, mientras el tren pasa a toda marcha tras él - ¡Eso es! La fuerza de un colapso de dos locomotoras provocaría la energía que deseamos.
- Pero, ¿Qué está diciendo este erudito, caray? – dice Diana.
- Va a chocar dos trenes – le responde Miguelángel.

El Dr. S les dice que deben traer de cualquier manera las dos locomotoras, las cuales manejará a control remoto. Miguelángel planea robarlas, sin embargo, regresa con una, pues no hay más en la estación. El Dr. S pide la ayuda de todos para arreglar la maquina y la locomotora, y les dice que este trabajo los demoraría bastante. David Palermo sale a un parque que le gustaba mucho antes de que lo demolieran y ve a una mujer muy parecida a su esposa.Él piensa que es Leini y que también ha salido a pasear o tal vez a buscarlo.
- Amor mío, no te esperaba – dice David.
- ¿Disculpe?– dice la mujer
- Discúlpeme usted, señora. La he confundido con mi bella esposa Leini.
- Qué curioso. Así se llama mi hija.

De repente, una gran de cantidad de personas empieza a correr. David pregunta que está pasando y le responden que un misterioso evento está sucediendo a las afueras de la ciudad. Junto con la mujer se van curiosos hasta la vieja mina abandonada y ven que allí se están divirtiendo toda clase de individuos ya que caminan un poco hacia una zona y los colores de su ropa se ven en blanco y negro.
- Asombroso – dice David.

La mujer mira a David y le pregunta si por casualidad ya no se conocían antes. Él le dice que no y ella le dice que se le hace familiar.
- Mi nombre es David.
- Mucho gusto, yo soy Sara. Sara de Borca. Estoy casada.
- No hay problema, yo también.

Repentinamente cae en cuenta que es la madre de Leini y se pone nervioso. En ese momento un hombre se para frente a la multitud y les dice que están interfiriendo en su película y que lo que le sucede a la ropa no es más que un efecto de los hologramas. David se le hace muy parecido a Miguelángel Cuervo, pero no lo puede ver bien.
- Señores y señoras: sorpréndanse con este holograma.

El hombre desactiva la invisibilidad de la nave y más de uno se asusta, pero él les recuerda que es solo un holograma físico e invita a todos a ser parte de la película. Sara le dice a David que siempre ha querido ser actriz y va hacia la nave, diciendo que tal vez no se demore mucho ya que debe esperar un bus. David presiente que algo no está bien y la sigue para advertirle que algo malo puede suceder. Al ver al hombre se da cuenta que si es Miguelángel.
- ¿Qué haces por aquí? ¿No le ayudarías al Dr. S?

Miguelángel mira al suelo y le dice a Sara que por favor entre a la nave y adentro están unas cabinas que la prepararan para salir de inmediato en la película, luego que ella entra, Miguelángel lo coge de los hombros y lo mira a los ojos.
- ¿Cual “doctor ese”? ¿Acaso nos conocemos?

David Palermo se da cuenta que lo ha confundido y este era el Miguelángel de la época, así que le dice que se había equivocado y debía irse, pero él no lo dejó.
- Si me ha confundido es porque conoce a alguien tan parecido como yo, y la única persona parecida a mi es… Usted conoce a mi hermano. Lléveme a donde esta él o le pesará.

David aprovecha un descuido de Miguelángel y empieza a correr. Al entrar a un barrio, las calles se le hacen conocidas y ve en una esquina, la casa de más de cuatro pisos. David siente que lo siguen y entra por la puerta falsa de la panadería que en ese momento no atendía. Se siente extraño en la casa y ve las cuchillas de la batidora al parecer secándose sobre una mesa y otras que están en agua con jabón. Encima hay una repisa donde están todos los productos de aseo y varios venenos anticoagulantes para ratas.

Inesperadamente siente un costalazo que lo empuja a la pared y él al no dejarse caer, empuja varios objetos que en un efecto dominó hacen caer la repisa sobre las cuchillas, llenándolas de veneno. Quien le ha lanzado el costal de harina es Miguelángel quien le advierte de nuevo que lo lleve ante su hermano. David, sin más escapatoria, le pide que lo siga.

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