La Casa de más de Cuatro Pisos - Parte 15

Toribio le da instrucciones precisas para entrar a la comisaría y llegar a los calabozos sin que la vean. De la misma manera le advierte que evite a la policía y se aleje a un sitio seguro, para evitar su arresto. Luego se disculpa por dejarla sola y le dice que debe seguir haciendo su trabajo para recibir otro ascenso.

Después regresa Eliana y siguiendo las instrucciones del policía encuentran a Omairo, quien está dentro de una celda.
- Señorita Tatiana, señorita Eliana, sáquenme de aquí –implora Omairo – le juro que Milwer me engañó.
- ¿Dónde está él? – pregunta Eliana.
- Pues la última vez que lo escuche, dijo que iba a viajar a la estación Tirribeglo en la nave.
- ¿Dónde es eso? – pregunta Tatiana.
- Pues… en Marte.

Ante las caras de sorpresa de las mujeres, Omairo les dice que Marte es el planeta rojo más cercano a la Tierra, en la que en los últimos años han construido una ciudad. Tatiana y Eliana salen de allí pensando que Omairo está loco. Al llegar a casa Marisa está preocupada por su hija porque no la encuentra, y ya ha llamado en vano a todos los lugares posibles en los que puede estar.

El policía rival viene hacia la casa de más de cuatro pisos con la orden de detención. Tatiana ve la patrulla desde la ventana y le ruega a Dios que la ayude. De pronto el camión en el que vienen los veinte policías es volteado misteriosamente por un hombre y una mujer de espantosa figura que salen de la tierra. Tienen un aspecto tan horrible que todos huyen.

Tatiana se encuentra en el tercer piso y escucha el ruido. Se asoma a la ventana y ve que las dos personas son sus padres, corre hasta el primer piso, pero al salir ya no están ni ellos ni el cráter.

Marisa ve las noticias en la televisión para saber si aparece alguna información sobre su hija, pero todos los medios están enfocados en la inauguración de la primera estación espacial para viajes interplanetarios Hema a las afueras de Ciudad de Tívecre, la capital del reino, y están listos para los primeros desplazamientos espaciales hacia la estación Tirribeglo en Marte.

Los hechos se hacen oficiales luego de mantener en primer lugar una enorme confidencialidad por parte de los inversores, y también porque quienes trataron de hacerlo público ante los medios no contaron con ninguna credibilidad. Además, es el evento astronómico en el que Marte estará más próximo a la Tierra antes de otros 26 meses.

Precisamente, ella piensa que tal vez sea una broma, pero luego empiezan a mostrarlas naves espaciales, más de treinta, y entre ellas está la de Miguelángel Cuervo. De repente tiene recuerdos de esa nave, de su sonido cuando aparcaba en la terraza, y luego recuerda el sonido de esa extraña noche y lo asocia con la desaparición de Driana. Inmediatamente da aviso a la policía sin contarle a nadie.

Mientras tanto, Tatiana escucha en el noticiero de la radio, que también cubre el evento, que una de las naves ha sido secuestrada por un grupo extremista a favor de la protección de los sistemas planetarios, y la ruta de la nave ha cambiado su destino drásticamente hacia la casa del alcalde del pueblo de Kafonia, pero es fallido y cae en un barrio cercano.

Un grito se escucha en el primer piso:se trata de Germanio quien también estaba escuchando el noticiero.Ella baja rápidamente y lo encuentra apoyado en la nevera.
- Debemos irnos, allí vive mi tía Doris – le dice a su esposa.

Tatiana está de acuerdo y alista las maletas, siguiendo el consejo del capitán Toribio (nuevamente capitán) para evadir a su rival.Salecon su esposo a la estación del tren y compran los pasajes del próximo tren que saldrá en media hora.

Germanio está tan estresado que Tatiana trata de separarse de él por un rato porque se siente ahogada. Germanio la malinterpreta y la agarra del brazo, pero ella lo suelta con fuerza y cariño, diciéndole que solo irá por una taza de café y a él le va a traer algo de té para calmarle los nervios.
- Bien, pero prométeme que volverás.

Tatiana se lo promete y se lo jura. Cruza la vía férrea, dobla la esquina y frente a la maquina seleccionalas dos bebidas. Abre su cartera para sacar las monedas, y al hacerlo desde el fondo, se le cae su tarjeta de identificación. Se agacha a recogerla, pero un hombre lo hace primero. Se trata de un policía, que le sonríe y le entrega la tarjeta.
- ¿Tatiana Mendoza?
- No, digo sí.
- ¿Nerviosa? Tenga más precaución por favor.

El policía sonríe nuevamente. Tatiana agradece, guarda la tarjeta y toma las dos tazas de plástico. El hombre sospecha e informa a otro compañero cercano, que verifica sus antecedentes por radioteléfono. Tatiana ya se dispone a doblar la esquina nuevamente cuando le tocaron el hombro.
- Lo sentimos – dijo uno de los policías – pero tiene una orden de detención que no le permite salir de la ciudad. Debemos arrestarla.

A Tatiana no le dan la oportunidad de volver hablar con su esposo y es llevada directamente a la comisaría. Germanio la esperó tanto que pasaron seis trenes y descorazonado se marchó en el tercero.

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