La Casa de más de Cuatro Pisos - Parte 13

Al regresar a la casa de más de cuatro pisos, se pasman porque la encuentran saqueada. Stuart, quien se recupera en el hospital como el resto de las víctimas del Ojo de Pandora, explica lo que sucedió: el día en que adquirió la enfermedad, Omairo pensó que había muerto, y llamó a su cómplice para robar la casa. Stuart lo describió como un ser grande y robusto, con don de lenguas y peinado gracioso.

Miguelángel Cuervo pasa por ahí después de visitar a su esposa y escucha lo último. Entra a la habitación y dice que a él también le robaron su nave espacial y un testigo le describió al ladrón exactamente como lo hizo Stuart. En ese momento, él le propone a Miguelángel que capture a ambos hombres y se los lleve a donde sea que esté y él por su parte le financiará la búsqueda de su nave.

El capitán Toribio es despedido por sus recientes antecedentes, pero por sus buenas labores durante tantos años lo reconstituyen al departamento como policía. Asiste a un detective en el caso del robo de la casa de más de cuatro pisos y la nave espacial.

Toribio emite una orden para capturar a Omairo. Hace un retrato después de escuchar varias descripciones y lo publica en el periódico. A los pocos días llama una mujer quien le da la información necesaria: el nombre del personaje misterioso es Milwer.

Marisa, Paolina y Stuart se recuperan y él compra suficientes cosas para llenar las vacías habitaciones de la casa de más de cuatro pisos. Con el dinero que le entrega a Leini, ellos logran restablecerse económicamente y se organiza una gran cena.

En ésta, el policía Toribio dice que es hora de irse de la casa con su hijo a vivir con su prima Iris. La familia con tristeza lo asume. Pero eso no es todo, Germanio le propone matrimonio a Tatiana y ella acepta. David Palermo aprovecha la ocasión y dice que serán dos bodas al tiempo, pues Leini y él se casarán también, luego le susurra al oído a ella y le dice que así no tienen que pagar por su boda.

Las bodas son celebradas apenas dos meses después. Luego Stuart, Jennifer y Josué se van a su pent-house en París. A partir de entonces cada día van llegando a la casa cosas nuevas como un televisor más novedoso que el anterior en el que ven los juegos olímpicos.

Leini se va de la casa para vivir con su esposo y le recuerda a Tatiana su juramento: “Si Marisa se va de la casa, tú te quedas con ella”. Germanio se encarga de la panadería Calamar y le instala más productos como bizcochos, chocolates y dulces. Poco después llega una visita inesperada: una mujer alta y crespa es recibida por Germanio.
- Buenas tardes, ¿Vive aquí Tatiana Mendoza?

Él le dice que sí y la invita a pasar a la sala mientras la llama pues ella está tendiendo las camas. Germanio vuelve a la panadería y Tatiana baja. Cuando ve a la mujer se desmaya. Dos horas después despierta en su cama y grita que ha resucitado.

La casa de más de cuatro pisos estaba casi sola entonces, pues Driana estaba estudiando y Marisa y su esposo salieron a un museo para observar y probar una exposición de comidas típicas, así que solo estaban Tatiana y Germanio cuando recibieron a la mujer.

Después de que él la calma, ella le dice que tuvo un mal sueño en el que Yuriana B había regresado del más allá. Germanio le dice que ahora que lo piensa en realidad él nunca la vio y luego recuerda que todavía hay una mujer que la está esperando en la sala. Tatiana baja las escaleras preocupada, pues no sabe si lo vio o lo soñó, luego ve a la mujer y nuevamente dice: “¡Oh, Yuriana, has regresado de la muerte!”

- No sé de qué me habla. Yo no soy Yuriana, mi nombre es Eliana, Eliana Berez. Usted debe ser Tatiana, ¿no es así?
- Sí, pero ¿Por qué te pareces tanto a Yuriana? ¿Por qué me conoces?
- Ese debe ser el nuevo nombre de mi hermana. Pues verá, es una larga historia.

Eliana le explica que en su niñez, Marcelina, su hermana gemela, se perdió en Verón y nunca la encontraron. Ya adulta, reinició su búsqueda, hasta que dio con su historial en el hospital de Verón, y allí se informó que tuvo un accidente que culminó en un ataque de amnesia.

Como nadie fue por ella, fue puesta en un albergue infantil mientras se buscaban a sus padres en vano, luego fue adoptada por una pareja de extranjeros que en esos momentos se establecía en la ciudad y le dieron una nueva identidad, basado en el único recuerdo que tenía: “ana be”, pero no encontró nunca documentos legales de los extranjeros, solo un certificado de defunción con la dirección de una pequeña casa en la que la dueña trabajaba como espiritista para pagarla, pero por falta de trabajo fue desalojada.

- Sí, es la misma – dice Tatiana – pero ¿Cómo sabe de mí?
- Eso fue lo más gracioso. En esos tiempos la gente solo hablaba de dos cosas: platillos voladores y panes rellenos de guanábana de la panadería Calamar. Esa receta la inventé yo y sólo se la enseñe a mi hermana cuando éramos pequeñas. Busqué por mucho la panadería, pero se interponían tantas cosas, como ese caso de la desaparición de los niños. Yo misma vi al criminal y fui a decirle a la policía, pero como todavía no conozco la ciudad me perdí y le pregunte a una señora en qué parte quedaba la comisaría. Ella se confundió o yo me confundí, pero resulté en el hospital mental Estrella Caída. Me encerraron cinco años y salí por buena conducta. Extraño, ¿no cree? Una vez me fui de allí busqué la panadería, pero estaba cerrada y pensé que se estaban mudando a Grecia, creo, porque charlé con un muchacho simpático. Creo que me dijo que se llamaba Omairo. Exactamente me dijo que la dueña de la casa, una mujer llamada Tatiana, se quedaría en Grecia para siempre. Sin embargo, no desistí de mi búsqueda, así que fui de casa en casa preguntando por Tatiana, llegué a una joyería en la que el gerente muy amable me dijo que vivía en la casa de más de cuatro pisos, luego volví hasta acá y aquí estoy.
- Vaya. Bueno. Puedes estar segura de que fue una buena amiga.
- ¿Cómo que “fue”?, acaso ¿qué pasó?

Tatiana le cuenta a Eliana todo lo que sabe, desde que se conoció con Yuriana B hasta que murió. Luego le comenta sobre su familia y todo lo demás, como si se tratara de la espiritista. Eliana no se queda atrás y le cuenta que tiene un novio diez años menor que ella.

Ella exclama que puede ser su hijo, pero a Eliana no le interesa. Le dice que lo conoció en su tierra natal y por eso lo quiere bastante, aunque la última vez que habló con él fue hace cinco años. Ahora que terminó su búsqueda iniciará la de su novio. Al anochecer se va al hotel en el que estaba residiendo desde hace mucho. Luego vuelven Marisa, Iván ‘Morcilla’ y Driana, y Tatiana les comenta sobre lo sucedido.

A la mañana siguiente se encuentra por casualidad Tatiana y Eliana en el centro comercial Dolores del Río. Hablan de cualquier cosa y luego Eliana habla sobre su novio. Eliana dice que es un hombre muy ocupado y misterioso, pero con un peinado gracioso.

Dice que su nombre es Milwer y le hace juegos extraños como por ejemplo, encontró su retrato en el periódico y llamó al teléfono para saber dónde estaba él, , pero luego le dijeron que era de la policía y terminó dando toda su información.

Tatiana se da cuenta que debe ser la misma persona y le dice al policía Toribio, entonces él prepara una trampa para capturarlo, pero Milwer es muy escurridizo. Al ver la importancia del caso, éste pasa a manos de un superior, rival de Toribio. Sin embargo, él no desiste y dice que resolverá el caso por sí mismo con la información que Tatiana saca discretamente de Eliana.

Así el policía le prepara una trampa en su apartamento en el barrio Las Piedras, pero siempre se escapa en la nave espacial. Luego tratan de averiguar el punto débil de la nave, pero Miguelángel Cuervo también está desaparecido. Sin más remedio se proponen a destruirlo con un lanzagranadas modelo 62.

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