Un Príncipe de Acero - parte 8
Mauro da vueltas por la habitación.
-
Su Alteza,
reitero que debe ser un error.
-
Su contacto aquí…
¿es Mauricio? ¿fue él quien los ayudó?
-
No tengo idea de
lo que dice. Ese asesor es nuevo. Fui tan cordial con él como con usted.
Súbitamente la puerta del despacho se abre de par en
par. Es Mauricio quien sostiene un arma. Tiene las manos cubiertas por guantes
negros.
-
Vaya, esto es un
infortunio, pero tendré que matarlos a todos. Sólo quería matar a Su Alteza,
pero quizás se me facilite demostrar que el asesino fue el legislador al
descubrirlo con su esposa aquí en el despacho.
Nando se levantó despacio de la silla e inmediatamente
Mauricio le apunta. Káterin está en el extremo derecho, asustada y Mauro es
quien está más cerca de él.
-
Será un buen
titular – dice Nando – excepto porque Káterin no es mi esposa.
-
¿A quién le
importa?
Mauro se lanza sobre él y lo golpea, pero Mauricio se
defiende y le pega con la cacha de la pistola en la cara. Mauro se separa,
Mauricio le apunta y jala el gatillo.
Káterin grita. Nando se ha atravesado, ha recibido la
bala en el pecho y ha caído. Mauro aprovecha la confusión y nuevamente le lanza
un puñetazo en la boca a Mauricio, quien cae al suelo. Káterin va por Nando y
Mauro por Susi, quien está petrificada.
-
No hay tiempo que
perder, hay que llamar a seguridad – dice Mauro.
Salen del despacho al pasillo oscuro. Al fondo se ve
su habitación iluminada y les pide a las mujeres correr hacia allá, mientras
Mauricio reacciona. Ya no tiene tiempo para agarrar el arma y corren los tres
hacia su habitación.
Káterin cierra la puerta justo cuando Mauricio se
acerca. Susi va hacia el teléfono, que no funciona. Mauro toca el timbre de
seguridad varias veces. Mauricio continua empujando la puerta y de un momento a
otro se detiene. Luego vuelven a mover la perilla de la puerta desde afuera.
Luego introducen una llave y abren la puerta suavemente.
-
¡Su Alteza! ¿Qué
sucede?
-
¡Señorita Ceduin!
-
¿Por qué está sin
luz el pasillo? ¿Dónde están los guardias?
De la oscuridad sale Mauricio, quien agarra a la
señorita Ceduin por detrás. Mientras sangra por la nariz apunta al Príncipe.
-
No complicaré las
cosas. Salga conmigo, Su Alteza, y dejaré vivir a las mujeres.
Mauro se acerca despacio.
-
Suelte a la
señorita Ceduin primero.
Repentinamente Káterin, quien estaba oculta detrás de
la puerta, agarra una de los candelabros decorativos de hierro y le pega con
toda su fuerza a Mauricio, quien cae noqueado al piso. Káterin, con sus ojos
llorosos ayuda a levantar a Ceduin, quien le agradece. Susi abraza a Mauro.
La señorita Ceduin usa su intercomunicador para llamar
a seguridad y en menos de un segundo llegan los guardias encabezados por Juan.
-
¿Dónde demonios
estaban los guardias? – pregunta la señorita Ceduin, bastante irritada.
-
Estábamos
minimizando a los infiltrados. Supusimos que estaría bajo la protección de
Mauricio. Que gravísimo error.
Juan esposa a Mauricio y se lo llevan al calabozo. Él
le dice que en la mañana tendrá un juicio inmediato por alta traición a la
corona. También recogen a Nando, quien a pesar del disparo, parece que sigue
vivo, y lo llevan inmediatamente al hospital.
Al día siguiente.
-
Buenos días a toda nuestra audiencia – dice el
presentador – en vivo desde los estudios televisivos del Canal 2, llega a
ustedes las Noticias Matutinas. Diana.
-
Así es Federico. Impresionante noticia, una
periodista tiene pruebas en video que demostrarían que la
mafia árabe estaba internada dentro del Alcázar.
-
Un hombre llamado Alí Serrai, perteneciente a la
mafia árabe, se hizo pasar por más de seis meses por Mauricio Acero, el asesor
del Príncipe Mauro Ferro a quien anoche trató de disparar.
-
Además de
herir al personal del Alcázar, Alí disparó al legislador del partido
Tradicionalista Nando Gonsández, quien en este momento se encuentra fuera de
peligro.
-
El jefe de
Seguridad Juan Gámez identificó a los guardias que estaban infiltrados dentro
del palacio y advirtió una fuerte investigación a los demás.
-
Debido a esto, el
Primer Ministro Daniel Taborda alista un proyecto para separar su gabinete del Alcázar
y colocarlo en la mansión externa de la calle Fénix, donde actualmente está el
Ministerio del Interior.
-
Esta sería
llamada la Casa Mayor.
-
Daniel Taborda no
sería el único en irse del Alcázar. Luego de las exitosas negociaciones con
Eslovenia, la Princesa Ivonnet regresará al país, en el día de mañana para ser
investida como Reina, por lo que el Príncipe Mauro dejará su cargo real y
conservará sus títulos eméritos.
-
Tenemos
actualización de último minuto sobre el juicio de Alí Serrai: en un giro
inesperado, el juez no lo enviará a la cárcel, sino al instituto mental
Estrella Caída de Verón…
Las personas que estaban presenciando el juicio
estaban alborotadas. Nadie creía el dictamen del juez.
-
Era de esperarse
– dice Daniel a Mauro, sentado a su lado.
-
¿Por qué lo dice?
-
Es más fácil para
la mafia sacarlo del hospital mental que de la cárcel. Sacarlo o matarlo.
Además en Verón está el famoso cubil de la mafia.
La defensa respondió a los periodistas que sólo era un
hombre trastornado, que sus vínculos con la mafia árabe no eran claros, que
quería ser como “Alvin, el Carnicero” y matar a los miembros de la familia real,
que estaba convencido de que él era Mauricio Acero, que tenía derecho al trono
y debían llamarlo el Príncipe de Acero.
Durante el juicio también demostraron que varios
decretos, incluido el de la explotación de Tobina, fueron hechos por él, y
varios legisladores, varias compañías y hasta el Príncipe fueron perjudicados
por ello.
Mauro visita a Nando para disculparse. Está acompañado
por Káterin y le pide disculpas a ella también. A ella no le interesa. Le dice
que Nando ha sido su mejor amigo toda su vida, pero nunca le dijo que sufría de
“situs inversus”, una extraña malformación que consistía en una alineación
errónea de los órganos dentro del cuerpo, colocándolos del lado opuesto. Así
que él está bien, ya que la bala que presuntamente le había dado en el corazón,
en realidad no le afectó ningún órgano.
-
Sé que no es un
buen momento – dice él – pero quisiera pedir su ayuda, para que interceda con
el presidente de Aceros Limpios. Quiero presentarle un proyecto.
-
Usted es el
Príncipe todavía. Puede hacer lo que quiera.
Hasta ese momento no lo había pensado. Había pasado
tanto tiempo pensando en la manera de hablar con el presidente de la siderúrgica
que había olvidado que ahora podía hacerlo cuando quisiera. Es cierto que luego
de lo de Mauricio, pidió ayuda a Daniel y a sus asesores, pero no lo podían
derogar sin que Aceros Limpios estuviera de acuerdo. Ellos podrían demandar y
los juicios serían costosos e infinitos.
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